De este modo, como explicaron hoy a Europa Press, dejaron de lado ideas como la de encadenarse al Mercado de Barceló porque "la gente tiene que comer". Ahora sus reivindicaciones contra la junta directiva de la Asociación de Comerciantes de Barceló --la concesionaria del mercado-- se dirimirán en los tribunales. El próximo 15 de diciembre tendrán que declarar por una querella contra la junta. Lo que buscan es una renovación de este órgano al considerar que no vela por los intereses del colectivo.
Un sector de los comerciantes de Barceló, que ellos mismos cifran en una treintena de personas, aseguraron que hasta hace tres meses desconocían la opción dada por el Ayuntamiento de Madrid de ser indemnizados mientras duraban las obras del mercado y acusan a la junta directiva de imponer su criterio al apostar por el mercado provisional.
MERCADO PROVISIONAL DURANTE DOS AÑOS
Lo que el Ayuntamiento propuso a la concesionaria fue la construcción de un mercado provisional, con cargo al Plan E, mientras se demolía el actual para levantar en ese espacio uno nuevo o aceptar la indemnización por lucro cesante, esto es, pagar por la falta de actividad durante las obras, que se prolongarán durante casi dos años.
"Pero nosotros realmente nunca tuvimos esa opción porque, aunque la propuso el Ayuntamiento, la junta directiva de la asociación no nos la transmitió en ninguna asamblea y nos enteramos de eso en agosto", aseveró a Europa Press una portavoz de los comerciantes molestos con el inminente traslado al mercado provisional.
Estos comerciantes querían retrasar el traslado para evitar que, como finalmente sucederá, las compras navideñas se realicen en el equipamiento provisional, con puestos que son más pequeños que los que tenían y que, en algunos casos, no reúnen las mejores condiciones para atender al público por sus reducidas dimensiones.
Representantes de estos comerciantes se reunieron días atrás con la delegada de Urbanismo en el Ayuntamiento de Madrid, Pilar Martínez. La edil explicó a Europa Press que su cometido en ese encuentro iba a ser el de tratar de "conciliar" a las partes enfrentadas pero no dudó en echar mano de una respuesta "contundente" si ese grupo de comerciantes retrasaban el calendario previsto en las obras.
Y es que los propios comerciantes eran conscientes, como explicó otra portavoz de ellos a Europa Press, que podrían enfrentarse a una hipotética querella por daños y perjuicios por las pérdidas económicas que podrían generar los retrasos.
Pilar Martínez ya expuso días atrás que estos problemas son internos de los comerciantes y que si el Ayuntamiento interviniera en ellos sería como, por ejemplo, si quisiera tener voz y voto en las decisiones internas de una comunidad de vecinos.
La edil destacó asimismo que los comerciantes de Barceló pueden ser uno de los grandes beneficiarios de la ciudad ya que, sin aportar ni un euro, cambiarán sus instalaciones, ya obsoletas, por otras nuevas, y todo con dinero público.
Una vez desalojado el mercado, el Ayuntamiento necesitará algunas semanas para llevar a cabo el desmontaje interno. La demolición del actual equipamiento se producirá en las dos primeras semanas de enero.
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