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viernes, 20 de julio de 2012

El IVA de los materiales de uso escolar subirá del 4% al 21%

La vuelta al cole será más cara este año. El Gobierno ha retirado de los productos a los que se aplica el IVA superreducido (del 4%) aquellos que “por sus características, solo puedan utilizarse como material escolar”, una categoría que ha llegado a incluir artículos como cuadernos, forros de libros o témperas. La definición, muy difusa, siempre ha despertado dudas entre los fabricantes y distribuidores: en los últimos cinco años, la Dirección General de Tributos ha emitido 39 consultas vinculantes sobre qué productos pueden considerarse de exclusivo uso escolar. En todo caso, el corte hace pasar del 4% al 21% el tipo que se aplica a una parte importante de la cesta de la compra de material educativo —y que se empezará a aplicar a partir del 1 de septiembre.


Según fuentes de Abacus, una cooperativa dedicada a la venta de material escolar, aproximadamente el 20% del equipamiento que las familias compran cada año tendrá el IVA más alto. La subida afectará mucho más a los centros educativos: el 60% de los productos que se distribuyen entre los colegios e institutos verán modificada su carga impositiva, lo que lastrará aún más unos presupuestos ya afectados por los recortes.

La antigua redacción del artículo 91.1.2. de la Ley del Impuesto sobre el Valor Añadido disponía: “Se considerarán comprendidos en este número los álbumes, partituras, mapas, cuadernos de dibujo y los objetos que, por sus características, solo puedan utilizarse como material escolar, excepto los artículos y aparatos electrónicos”. La nueva redacción deja únicamente los álbumes, partituras, mapas y cuadernos de dibujo.

Los productos de uso más común que se quedan fuera son los cuadernos de escritura de uso escolar, los que más dudas despertaban entre fabricantes, comerciantes y el propio fisco. Antes de la reforma, a los cuadernos, como a todos los materiales de escritura, se aplicaba un IVA del 18%, pero si el cuaderno en cuestión llevase impreso “uso escolar”, pasaba a pagar un 4% de impuesto al consumo. La reforma iguala el IVA de todos los cuadernos al 21%.

Igualmente, a los forros de libros se aplicaba el tipo superreducido siempre y cuando estuviesen etiquetados como “uso escolar”. Las cosas se complicaban a la hora de vender lotes: un compás pagaba un 4%, pero si iba incluido en un estuche con regla, escuadra y cartabón debía pagar un 18%. La nueva redacción simplifica el cálculo del impuesto, pero eliminando las excepciones y aplicando el tipo máximo.

Donde más afecta la subida del IVA es a las clases de manualidades. Plastilina, témperas, ceras plásticas, papel vegetal, charol y de seda, todos pasan del 4% al 21%. Los blocs de exámenes y las agendas escolares también pasan del superreducido al general.

A los libros de texto, cuadernillos de caligrafía y de vacaciones, los blocs de dibujo, los mapas y los álbumes se les continuará aplicando el tipo superreducido, mientras que el IVA de los materiales de escritura (lápices, bolígrafos, gomas de borrar, etcétera), de las calculadoras, de los instrumentos de medida (reglas, escuadras, cartabones), de las tijeras y de las cintas adhesivas subirá del 18% al 21%.


Como queda la ley


Suben 17 puntos (del 4% al 21%) los siguientes productos: agendas escolares, blocs de exámenes, cartulinas de colores, ceras plásticas, compases, crespón, cuadernos de escritura, cubos y juguetes lógicos de madera, espumas de colores, forros de libros, cuadernos de caligrafía, cuadernos de música pautados, papel charol, papel kraft, papel de seda, papel vegetal, pasta de modelar (plastilina), recambios de papel, témperas.

Mantienen un IVA del 4% los siguientes productos: álbumes, blocs de dibujo, libros de vacaciones, libros de texto, mapas y partituras.

El IVA del resto del material escolar sube tres puntos, del 18% al 21%.

EL PAIS

sábado, 7 de julio de 2012

Los ‘excelentes’ bajan su media.

José Alberto Rodríguez está sentado sobre el respaldo de un banco cercano a su instituto. Le acompañan Diego Caro, Rodrigo Álvarez y Elena Méndez, todos alumnos del primer bachillerato de Excelencia de la Comunidad de Madrid, destinado a los mejores estudiantes de la región. Acaban de terminar una semana de exámenes que determinará su nota media y sienten una mezcla de tensión y alivio. José Alberto se frota las manos, nervioso. Le preocupa suspender inglés. En su anterior instituto este joven de 16 años tenía una media de ocho en lengua extranjera pero al llegar a este bachillerato las materias se complicaron. “En matemáticas e inglés se nota que el nivel es más alto”, dice. Sus compañeros asienten. Cuando recoge las notas respira de nuevo tranquilo. Al final no ha suspendido, ha sacado un seis en lengua extranjera y, además, ha logrado una media de 8,8. Nada mal, aunque en su anterior centro su media era de nueve.


Los alumnos excelentes van saliendo con las notas en la mano del IES San Mateo, el instituto que acogió en septiembre de 2011 este bachillerato experimental. Ya no piensan en materias, sino en disfrutar del verano después de un año “muy duro”. Salen sin preocuparse más de las opiniones que han empañado su curso lectivo con polémicas de éxitos y fracasos. Éxito según la Comunidad y los profesores del San Mateo. Fracaso según asociaciones de padres y otras organizaciones educativas que tildaban de “segregador” al instituto y más en un periodo de recortes en educación, que también afecta a los bachilleratos, ya que se anunció una reducción de los mismos. “Es un fracaso. Baja la media”, ha repetido durante meses la FAPA Francisco Giner de los Ríos, la asociación de padres y madres de alumnos, mayoritaria en Madrid.


Los alumnos no están de acuerdo a pesar de los resultados. José Alberto asegura que lo que baje en este curso y el próximo [2º de bachillerato] lo recuperará en la selectividad. “No estoy preocupado por mi media”, manifiesta. Tampoco sus compañeros. De hecho, las notas de alguno de ellos rozan la perfección. “Yo he sacado un 9,3 de media”, presume Diego, orgulloso. “Yo un 8,8”, dice Marta. Rocío ha obtenido un 7,5 de media y en su anterior centro tenía un 9,9. “Aun así, estoy muy feliz con los resultados”, asegura. Jorge es padre de una alumna y afirma que su hija está más contenta con un siete del Bachillerato de Excelencia que con un 10 en el instituto normal.


“No es tan distinto de otros centros. Se está exagerando un poco, tanto de un lado como de otro”, considera Diego Caro, compañero de José Alberto. “Se ha creído que somos especiales pero en realidad el programa es el mismo. Quizás se profundiza más, puede que el nivel del trabajo sea más alto, pero al final damos las mismas asignaturas”, explica José Alberto terminando la frase que había empezado su amigo. Este asegura que se especuló también con las razones por las que algunos de los alumnos abandonaron el instituto de excelencia. “En mi clase lo dejaron cuatro pero ninguno porque no pudiera seguir el ritmo”, asegura. Elena también explica que en su clase una compañera se fue porque “no tenía vida”. “Prefirió seguir en su instituto y sacarse el ciclo sin agobios”, declara. La Comunidad de Madrid solo informó de que dos alumnos dejaron el curso. Los alumnos, sin embargo, terminan contando seis.


Un bachillerato de prueba


El Bachillerato de Excelencia, que arrancó el pasado septiembre en este instituto situado en el centro de Madrid, estaba destinado a aquellos alumnos que tuvieran un ocho de nota media mínima y un siete en la prueba de Conocimientos y Destrezas Indispensables (CDI), el examen regional que se aplica en 6º de Primaria y 3º de la ESO.


El modelo fue único en España y un centenar de alumnos se presentó para probarlo. Al cierre del curso los detractores siguen levantando la voz, sobre todo después de conocer la decisión del Gobierno regional de extender este experimento a seis institutos más repartidos por la Comunidad: el IES Arquitecto Peridis (Leganés), el Diego Velázquez (Torrelodones), el Burgo de las Rozas (Las Rozas), el Palas Atenea (Torrejón de Ardoz), el Pintor Antonio López (Tres Cantos) y el IES Prado Santo Domingo, de Alcorcón.


Hay una pausa porque salen más compañeros del instituto. Quieren ir a comer juntos para despedir el año y tienen que estar todos. Se ríen y se preguntan qué tal ha ido. Elena Méndez retoma la explicación. “En Internet se extendió la opinión de que nos pisamos los cuellos unos a otros y eso no es verdad. Todos queremos dar más de nosotros, nos ayudamos. Nos quedamos por la tarde en la biblioteca estudiando en grupo y el que más sabe de la materia se lo explica a los demás”, afirma esta joven. “Sí, yo me he quedado muchas veces”, corrobora José Alberto. Elena le sonríe y dice que sí con la cabeza. “El hecho de que seamos tan pocos y tengamos un nivel tan parecido ha provocado que hagamos piña y nos echemos una mano”, concluye Elena. En el banco se hace el silencio. “Ha sido un año muy duro”, reflexionan en voz alta. Y puntualizan: “Sobre todo por la distancia”.


José Alberto es de Collado Villalba y tarda una hora en llegar a su instituto. Elena está en la misma condición. Vive en El Escorial y cada día se levanta a las seis de la mañana para entrar a clase a las ocho y media. “Con el trayecto llegas agotado. Empezar a estudiar a las ocho de la tarde y luego levantarte a las seis de la mañana es demoledor”, sostiene.


El año que viene, se esforzarán más, o esa es su intención. Volverán a un IES San Mateo reformado y convertido exclusivamente al bachillerato de excelencia, aunque a costa de la inversión de dos millones de euros más para las obras, que se suman a los 600.000 euros que ya se aportaron en el año anterior. Pero eso a ellos no les importa. Por fin han llegado las vacaciones.


Obras de de miles de euros


El pasado mes de mayo, el Gobierno regional anunció que se invertirán dos millones de euros más en el San Mateo, que se suman a los 600.000 euros que se aportaron en el año anterior y a los costes de los recursos humanos del centro —complementos a los docentes incluidos—. Antes de convertirlo en el instituto de los mejores, se hicieron obras de adecuación, que ahora se ampliarán para que acoja a cinco nuevos grupos, lo que permitirá que el próximo curso albergue a 157 alumnos de 1º y 102 de 2º de Bachillerato, 259 en total. Tras la rehabilitación, el San Mateo tendrá 12 aulas tipo, cuatro laboratorios, cuatro seminarios, dos aulas de dibujo, cuatro aulas de innovación tecnológica, un taller de innovación tecnológica, cuatro aulas polivalentes, salón de actos, biblioteca y gimnasio.


La Giner de los Ríos critica que esta nueva partida "supone que se gasta en un único centro lo que supondría poner cerca de 100 profesores en los institutos madrileños, que deberían incidir especialmente en aquellos que tienen más dificultades". CC OO también censura que la Comunidad destine el 20% de la partida para la rehabilitación de institutos al San Mateo, lo que supone que dedicará solo nueve millones de euros para otros 300 institutos, en los que se escolarizan más de 180.000 alumnos.


Fuente: El País

miércoles, 4 de julio de 2012

Listado de libros de texto para el curso escolar 2012/2013.

Ya tenemos disponible el listado con los libros de texto para el curso escolar que viene (2012/2013).

Un año más se ha incluido, junto con la información que tradicionalmente se entregaba a las familias (Editorial, Título y Edición), el código ISBN, lo que facilitará enormemente la identificación exacta de los libros que hay que adquirir.